Este domingo, Atlético Nacional logró clasificar a la final de la Copa de Colombia, a pesar de perder 1-0 frente a Independiente Medellín en la vuelta de las semifinales. Con un marcador global de 2-1 a favor de los verdolagas, el equipo dirigido por Efraín Juárez avanzó a la siguiente instancia del torneo. Sin embargo, la victoria estuvo rodeada de polémica debido a un incidente provocado por el técnico mexicano, cuyo festejo desató la ira de los aficionados rivales y estuvo a punto de derivar en violencia.
Durante la celebración de la clasificación, las cámaras de televisión captaron a Juárez mostrando un festejo eufórico frente a la hinchada de Independiente Medellín. Los aficionados del equipo rival interpretaron la actitud del entrenador como una provocación, lo que generó una reacción agresiva por parte de algunos de ellos.
La tensión aumentó rápidamente cuando varios hinchas del Medellín intentaron invadir el campo para confrontar físicamente a Efraín Juárez. La situación se tornó peligrosa, y fue necesaria la intervención de la seguridad para calmar los ánimos. Finalmente, el técnico de Atlético Nacional fue escoltado por la policía para garantizar su seguridad antes de asistir a la rueda de prensa programada.
El incidente también interrumpió la conferencia que Juárez tenía prevista. Según reportes locales, la Policía y la Personería (autoridades municipales) detuvieron al entrenador para que rindiera cuentas sobre su comportamiento. Las autoridades consideraron que su celebración frente a los aficionados rivales fue una provocación, lo que generó el altercado.
En su rueda de prensa posterior, Juárez aclaró el malentendido. El técnico mexicano explicó que su celebración no fue dirigida a los aficionados de Medellín, sino exclusivamente a la directiva de Atlético Nacional, a quienes les dedicó su alegría por haber logrado el pase a la final. Según Juárez, nunca fue su intención provocar a la hinchada rival, y lamentó que su actitud fuera interpretada de manera equivocada.