Una reciente publicación de Donald Trump Jr. en sus redes sociales ha generado una oleada de críticas debido a la imagen en la que aparece junto a su padre, Donald Trump, y varias figuras políticas de alto perfil, como el nominado para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), Robert Kennedy Jr., el magnate Elon Musk y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson. En la fotografía, los involucrados disfrutan de hamburguesas y refrescos, acompañados por el mensaje: "Hacer saludable a Estados Unidos de nuevo… empieza mañana".
El retrato, que muestra a los políticos y empresarios comiendo comida rápida, ha sido interpretado como una contradicción al mismo tiempo que hace referencia a un enfoque de salud y bienestar para el país. En particular, la inclusión de Robert Kennedy Jr., conocido por su postura firme en contra de la comida chatarra, acaparó la atención. Kennedy, quien se ha comprometido a transformar los hábitos alimenticios en Estados Unidos, ha sido un crítico abierto de los productos de comida rápida, incluso tildando las opciones alimenticias de la campaña de Trump como "veneno".
Kennedy ha mencionado en varias ocasiones que los alimentos que consume Trump durante sus viajes de campaña, como hamburguesas gigantes y pollo frito, son ejemplos de lo que él considera "realmente malos para la salud". En una reciente aparición en el podcast *The Joe Polish Show*, señaló que incluso las papas fritas de los restaurantes de comida rápida contienen ingredientes peligrosos que planea regular si llega a formar parte de la administración Trump. Kennedy, de 70 años, también ha expresado su preocupación sobre el uso de aceites de semillas en las frituras y ha indicado que Trump no tiene el hábito de beber agua.
Este contraste entre el estilo de vida alimenticio de las figuras políticas y sus promesas de cambio ha alimentado una discusión pública sobre la salud en el país. A medida que la imagen se volvía viral, se multiplicaron los comentarios que cuestionaban la autenticidad del mensaje de "hacer saludable a Estados Unidos" mientras se promocionan prácticas alimenticias que son condenadas por expertos en nutrición.