Con el inicio de un nuevo año, es común que muchas personas busquen adoptar un estilo de vida más saludable. Sin embargo, expertos en nutriología de la **Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)** hacen un llamado a la población para evitar las "dietas mágicas" promovidas en redes sociales y optar por la guía profesional de nutriólogos y nutriólogas.
La **jefa de la Licenciatura de Nutriología de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza**, **Mariana Valdés Moreno**, destacó que transformar conductas alimenticias de manera sostenible requiere un enfoque integral que contemple no solo los cambios en la dieta, sino también la incorporación de actividad física y el cuidado de la salud mental.
Valdés Moreno advirtió que las dietas que prometen resultados rápidos y fáciles, aunque tentadoras, pueden representar un peligro para la salud al ignorar aspectos esenciales como la composición corporal, enfermedades preexistentes y posibles interacciones entre alimentos y medicamentos.
“El peso por sí solo no nos dice mucho. Una persona puede parecer saludable, pero tener una composición corporal alta en grasa que la pone en riesgo. Por ello, es vital contar con el acompañamiento de un nutriólogo y, en casos más complejos, de un médico”, enfatizó.
De acuerdo con la **Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2020-2023**, el 18 % de las personas adultas en México tiene diabetes, pero un tercio desconoce su diagnóstico. Además, el 30 % padece hipertensión arterial, y de este grupo, el 43 % no sabe que la tiene. Estas cifras subrayan la importancia de una evaluación médica inicial antes de modificar los hábitos alimenticios.
“La intervención del nutriólogo debe considerar factores médicos, psicológicos y físicos. Por eso es ideal un enfoque interdisciplinario que incluya entrenadores y psicólogos”, agregó la académica.
La especialista de la UNAM recalcó que las transformaciones sostenibles no se logran con restricciones extremas ni promesas rápidas. El objetivo es enseñar a las personas a comer de forma saludable, considerando sus gustos y necesidades, para evitar el temido “efecto rebote”.
“El trabajo del nutriólogo consiste en plantear estrategias integrales basadas en preferencias individuales y científicamente fundamentadas. Acudir a un nutriólogo es una inversión a largo plazo que puede prevenir enfermedades crónicas relacionadas con la obesidad, lo que reduce costos personales y sociales”, destacó Valdés Moreno.
La experta llamó a las personas a confiar en los servicios profesionales de nutriología, disponibles tanto en instituciones públicas como privadas, y a entender que el verdadero cambio hacia una vida saludable implica más que bajar de peso: se trata de adquirir hábitos que beneficien la salud física y mental de manera sostenible.