El Estadio Panamericano, en Zapopan, fue escenario de una amarga derrota para la selección mexicana de béisbol, que terminó siendo apaleada 12-2 por Estados Unidos en un partido decisivo para avanzar a la Súper Ronda. Aunque el equipo mexicano comenzó el juego con una ligera ventaja, la situación cambió rápidamente y su rendimiento se desplomó, especialmente en el pitcheo.
A pesar de los reclamos previos de Benjamín Gil por las bajas entradas en los partidos anteriores, la afición respondió con una notable presencia para presenciar el encuentro contra las barras y las estrellas. Sin embargo, el equipo no pudo corresponder a la confianza del público, siendo superado ampliamente por los estadounidenses, quienes tomaron el control del partido desde el segundo inning.
México, que se jugaba su clasificación, comenzó con optimismo al mantener a cero a su rival en la primera entrada, pero pronto el juego dio un giro. En el segundo inning, Estados Unidos comenzó a sumar carreras, y para el quinto episodio ya había anotado un total de once, destacando un rally de cinco carreras que acabó con las esperanzas mexicanas.
El lanzador estadounidense Rich Hill fue clave para la victoria, trabajando durante más de tres innings sin permitir más que una anotación y recibiendo seis ponches. Aunque México pudo conectar un jonrón con Alan Trejo frente a Dan Altavilla, el daño ya estaba hecho. A pesar de los esfuerzos de los relevistas mexicanos, el pitcheo no pudo contener el ataque rival, lo que dejó a la selección sin opciones de remontar.
El tercer out de la séptima entrada fue suficiente para declarar el juego finalizado, con Estados Unidos como ganador indiscutido, avanzando a la Súper Ronda en Japón, mientras que México se despide de la competencia sin posibilidad de avanzar a la siguiente fase.