El Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) conmemora este mes de septiembre recordando que desde 1985 se han registrado cinco sismos de magnitud mayor o igual a 7, eventos que han marcado la historia reciente de México por sus devastadoras consecuencias.
Entre los sismos más significativos se encuentran los ocurridos el 19 y 20 de septiembre de 1985 en las costas de Michoacán y Guerrero, con magnitudes de 8.1 y 7.6, respectivamente. El primer evento, que tuvo un epicentro a 15 km de profundidad, provocó más de 30 mil heridos y 150 mil damnificados, así como la destrucción de 30 mil viviendas y daños en más de 60 mil más. Las cifras oficiales reportaron alrededor de 6 mil decesos, con un costo total de daños estimado en 4 mil 100 millones de dólares.
El sismo del 20 de septiembre, aunque de menor magnitud, causó el colapso de muchas estructuras ya dañadas por el evento principal, aumentando así la tragedia.
En 2017, el país experimentó dos sismos devastadores. El primero, el 7 de septiembre, con magnitud 8.2 en el golfo de Tehuantepec, dejó 99 personas fallecidas y más de 449 mil damnificados, afectando gravemente la infraestructura en Oaxaca, Chiapas y Tabasco. Este evento ocasionó pérdidas económicas cercanas a los 19 mil millones de pesos.
El 19 de septiembre de ese mismo año, otro sismo de magnitud 7.1, que afectó principalmente a la Ciudad de México y varios estados vecinos, cobró la vida de 228 personas en la capital y dejó un costo estimado de 62 mil 99 millones de pesos en daños.
Finalmente, en 2021, el sismo de magnitud 7.1 que ocurrió el 7 de septiembre, con epicentro cerca de Acapulco, Guerrero, dejó a 32 mil personas afectadas y un costo de daños de aproximadamente 209 millones de pesos.
Estos eventos destacan la importancia de la prevención y preparación ante desastres naturales, recordando a la población la necesidad de estar informada y lista para enfrentar posibles emergencias.