Islandia, conocida por sus paisajes impresionantes y su cultura única, se distingue por algo más: es el único país del mundo que no tiene mosquitos. Estos pequeños insectos, que pertenecen a la familia Culicidae y son famosos por transmitir enfermedades como la malaria, el dengue y el virus del Zika, han logrado colonizar casi todos los rincones del planeta, excepto esta isla del Atlántico Norte.
Con más de 3,500 especies identificadas a nivel mundial, los mosquitos prosperan en regiones con climas cálidos y húmedos, como Brasil, Indonesia y Malasia. Sin embargo, según el biólogo Gísli Már Gíslason de la Universidad de Islandia, las temperaturas frías y los constantes ciclos de heladas y deshielos en Islandia crean un entorno inhóspito para estos insectos, impidiendo que sus larvas se desarrollen correctamente.
Aunque el clima islandés no es tan extremo como el de la Antártida, otro lugar libre de mosquitos, las condiciones oceánicas de la isla han sido suficientes para mantener a estos insectos fuera de sus fronteras. Sin embargo, Gíslason advierte que el cambio climático podría alterar este equilibrio. En las últimas dos décadas, más de 200 nuevas especies de insectos han aparecido en la isla, lo que indica que el calentamiento global podría abrir la puerta para que los mosquitos eventualmente lleguen a Islandia.
Por ahora, los habitantes y visitantes de Islandia pueden disfrutar de un entorno sin las molestas picaduras de mosquito, pero el futuro es incierto. El cambio climático amenaza con modificar el ecosistema de la isla, planteando la posibilidad de que este país, actualmente libre de mosquitos, ya no lo sea en las próximas décadas.