La obesidad infantil se ha convertido en una de las amenazas más graves para la salud pública a nivel mundial, con cifras que revelan un crecimiento alarmante. Según un análisis del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques (CEIGB) del Senado de la República, la prevalencia de obesidad en adultos se ha duplicado desde 1990, mientras que entre adolescentes se ha cuadruplicado. Pero el panorama más preocupante se observa en la niñez: uno de cada cinco menores de edad ya vive con obesidad.
De acuerdo con el documento, en 2022 se registraron 37 millones de niñas y niños menores de cinco años con sobrepeso, y 390 millones de menores entre cinco y 19 años enfrentan la misma condición. Además, una proyección publicada por la revista The Lancet anticipa que en apenas 25 años, uno de cada seis menores será obeso o tendrá sobrepeso.
El costo para México: 650 mil millones de pesos al año
En el caso de México, la obesidad infantil ha seguido una tendencia ascendente. Entre 1999 y 2023, la prevalencia entre niños y niñas de cinco a once años casi se duplicó, pasando de 9% a 17.5%. Este problema le cuesta al Estado alrededor de 650 mil millones de pesos al año, según destaca el informe.
Entre los factores que han agravado la situación en el país, el CEIGB identifica el consumo elevado de alimentos ultraprocesados, la falta de actividad física, la insuficiencia de recursos económicos y una cultura alimentaria poco saludable. A esto se suma que México es el mayor consumidor mundial de bebidas azucaradas, con un promedio de 184 litros por persona al año.
Un menor con obesidad severa podría vivir solo hasta los 39 años
La Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) presentó un estudio en el Congreso Europeo sobre Obesidad que alerta sobre las consecuencias extremas de la obesidad infantil severa. Según su investigación, un niño con obesidad grave persistente desde los cuatro años podría tener una esperanza de vida de apenas 39 años, aunque una pérdida de peso significativa podría revertir esa proyección.
El documento del CEIGB señala que la obesidad infantil no solo afecta la salud física, sino que tiene implicaciones sociales, económicas, políticas y culturales a largo plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado esta condición como “la epidemia del siglo XXI”, e insiste en que sin medidas urgentes y coordinadas, la crisis continuará empeorando.
Urgen medidas integrales y sostenidas
Entre las acciones recomendadas por la OMS y el CEIGB para prevenir y revertir la obesidad infantil destacan:
• Lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y continuada hasta los 24 meses o más.
• Promoción de la alimentación saludable, el ejercicio regular y al menos ocho horas de sueño diario.
• Impuestos a alimentos ultraprocesados, así como restricciones en su comercialización.
• Mayor acceso a espacios recreativos y alimentos nutritivos.
En cuanto a las políticas públicas en México, se reconocen avances importantes como:
• Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes (2013)
• Etiquetado Frontal de Advertencia (2020)
• Prohibición de comida chatarra en escuelas (2024)
• Monitoreo de salud infantil y módulos de atención especializados (2024)
Sin embargo, el informe subraya que persisten cuatro desafíos clave: falta de recursos, desigualdad en el acceso a servicios, barreras culturales y dificultades para adoptar cambios sostenidos en el estilo de vida.
Los investigadores concluyen que los próximos cinco años serán críticos para evitar una crisis sanitaria de proporciones aún mayores. La prevención, aseguran, es la medida más costo-efectiva y urgente para atender esta creciente emergencia de salud pública.