Un reciente estudio dirigido por investigadores del University of Texas Health Science Center at San Antonio (UT Health San Antonio) ha encontrado que niveles elevados de cortisol durante la mediana edad, se asocian con una mayor acumulación de proteína amiloide en el cerebro, un marcador temprano de la enfermedad de Alzheimer. El hallazgo se observó exclusivamente en mujeres que ya habían pasado por la menopausia.
El cortisol es una hormona que el cuerpo produce de manera natural para responder al estrés. Es necesario para regular funciones como el metabolismo, la presión arterial y el sueño. Sin embargo, cuando sus niveles se mantienen altos durante periodos prolongados, puede tener efectos negativos en distintos órganos, incluyendo el cerebro.
Este nuevo estudio muestra que el cortisol también puede estar relacionado con cambios cerebrales que ocurren años antes de que aparezcan los primeros síntomas del Alzheimer.
¿Qué encontraron los científicos?
Los investigadores analizaron datos de 305 personas cognitivamente sanas que participaron en el Framingham Heart Study, una investigación comunitaria de larga duración iniciada en 1948 en Massachusetts, Estados Unidos. Al inicio del seguimiento, los participantes tenían un promedio de edad de 39.6 años. Cerca del 49% eran mujeres.
Se midieron los niveles de cortisol en la sangre durante la mediana edad, y 15 años después se evaluó la presencia de proteínas amiloides y tau en el cerebro mediante imágenes PET. El resultado fue claro: solo en las mujeres que habían pasado por la menopausia, niveles altos de cortisol predijeron una mayor acumulación de amiloide. No se encontró ninguna relación en los hombres, ni tampoco se observó una asociación con la proteína tau, otro marcador del Alzheimer.
¿Qué es la proteína amiloide y qué tiene que ver con el Alzheimer?
Las proteínas amiloides, cuando se pliegan de forma incorrecta, forman placas que se acumulan en el cerebro asociadas con la progresiva pérdida de memoria y funciones cognitivas que caracterizan al Alzheimer.
En muchos casos, estos cambios cerebrales comienzan décadas antes de que aparezcan síntomas evidentes. Por eso, identificar factores que puedan predecir o acelerar esta acumulación puede ayudar a intervenir más temprano.
¿Por qué afecta solo a mujeres después de la menopausia?
Los autores del estudio creen que los cambios hormonales que ocurren después de la menopausia podrían intensificar el efecto del cortisol sobre el cerebro.
Durante la vida fértil, las hormonas sexuales como el estrógeno tienen efectos neuroprotectores. Cuando esos niveles bajan con la menopausia, el cerebro podría quedar más vulnerable al daño producido por el estrés.indica elimparcial.com