Ignorar síntomas como sangrado en las heces fecales o problemas para defecar puede ser fatal, advirtió César Reyes Elizondo, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM, al subrayar que la falta de atención médica oportuna retrasa el diagnóstico del cáncer colorrectal, uno de los tipos más letales en México.
Según datos del INEGI, entre 2020 y 2023, cerca del 90% de las defunciones en el país estuvieron relacionadas con problemas de salud, siendo el cáncer colorrectal la tercera causa de muerte por tumores malignos en hombres y mujeres. La Secretaría de Salud reporta cerca de 15 mil nuevos casos cada año, y señala que esta enfermedad es la principal causa de muerte por cáncer en la Ciudad de México, el Estado de México y varios estados del norte.
Reyes Elizondo explicó que el aumento en los casos está estrechamente vinculado con cambios en los hábitos alimenticios. “Nuestros abuelos comían diferente. Hoy dominan las comidas rápidas, los alimentos procesados y el bajo consumo de fibra”, afirmó.
El especialista también subrayó la influencia de factores como la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, y las dietas ricas en carnes rojas y colesterol, que aumentan el riesgo de desarrollar tumores colorrectales. Aunque generalmente afecta a personas entre 50 y 70 años, advirtió que las generaciones jóvenes tampoco están exentas.
Los síntomas de advertencia incluyen estreñimiento persistente, sangrados anormales y dificultad para evacuar. El cáncer colorrectal se divide en cuatro etapas clínicas, desde la localización del tumor hasta su propagación a órganos distantes. Cuando alcanza etapas avanzadas, puede comprometer raíces nerviosas y causar dolores severos, limitando las posibilidades de tratamiento preventivo.
El académico instó a fomentar la medicina preventiva, recomendando dejar de fumar, mantener un peso saludable, realizar ejercicio y tener una alimentación equilibrada. También insistió en la importancia de las revisiones médicas periódicas: ginecológicas en mujeres, y coloproctológicas en hombres a partir de los 45 años.
“Desafortunadamente, muchos pacientes llegan al consultorio cuando ya hay dolor o sangrado. El tumor ya es grande y requiere tratamientos agresivos”, concluyó Reyes Elizondo, subrayando la necesidad de actuar antes de que sea demasiado tarde.