La esperada presentación de Grupo Firme en el Palenque de la Feria Nacional de San Marcos el pasado 19 de abril estuvo marcada por una mezcla de entusiasmo y controversia. Aunque el show inaugural de casi tres horas fue celebrado por muchos de sus seguidores, también provocó inconformidad generalizada cuando la agrupación se negó a interpretar el tema “Se fue La Pantera”, uno de los corridos más solicitados de su repertorio.
Durante la presentación, el público comenzó a corear insistentemente “¡La del Pantera!”, exigiendo la canción. Sin embargo, el vocalista Eduin Caz se negó a interpretarla, explicando que la decisión respondía a nuevas reglas impuestas por autoridades, en alusión a la iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum, que busca limitar la difusión de contenidos musicales que promuevan la violencia.
“Yo sí quisiera, pero no se puede. Ustedes saben que las reglas son las reglas y hay que seguirlas”, dijo Eduin, mientras los asistentes reaccionaban con abucheos y silbidos.
Ante la molestia del público, el cantante no se contuvo y lanzó una respuesta que dividió opiniones:
“¿Entonces valió vega el show, valieron vega las tres horas por la Pantera? ¿O qué? ¡No se pasen de ve%&a!”, expresó visiblemente molesto.
La reacción fue grabada por asistentes y difundida ampliamente en redes sociales, generando un intenso debate sobre la libertad artística, la censura musical y el rol de las autoridades en la regulación de contenidos culturales.
Días antes del concierto, el propio Eduin Caz había anunciado que Grupo Firme eliminaría los “corridos ficticios” de sus presentaciones, como parte de un ajuste a su repertorio ante las recientes controversias en distintos estados de México, donde incluso se han prohibido algunos conciertos de bandas como Los Alegres del Barranco.
Este fue el primero de los dos conciertos que Grupo Firme ofrecerá en el Palenque. La agrupación continuará su gira el próximo 28 de junio en el Estadio GNP de la Ciudad de México, también sin incluir corridos en su lista de canciones.
La noche, que prometía ser una celebración del regional mexicano, terminó exponiendo la tensión entre el arte, la política y las nuevas normas sociales que buscan redefinir los límites de la música popular en México.