En una noche cargada de tensión y controversia, John Cena escribió una nueva página en la historia de la lucha libre al conquistar su campeonato mundial número 17 en el evento estelar de WrestleMania 41, superando así el legendario récord que compartía con Ric Flair. La victoria llegó tras una intensa y polémica lucha ante Cody Rhodes, en un combate que dividió a la afición y encendió el debate sobre el legado del veterano luchador.

El Allegiant Stadium vibraba con una mezcla de entusiasmo y expectativa. Mientras muchos esperaban que Rhodes continuara su camino como el “héroe” del pueblo, Cena apareció con una actitud distante, lejos del carisma habitual que lo caracterizaba. Su alianza previa con The Rock y su rol de villano ya venían generando controversia, y su comportamiento durante la lucha solo avivó las llamas.

El combate fue reñido, con varios intercambios de finishers: “Cross Rhodes” por parte de Cody y “Attitude Adjustment” de Cena, quien llegó a aplicarlo en cuatro ocasiones. Pero el clímax llegó con la inesperada intervención del rapero Travis Scott, que distrajo al árbitro justo antes de que Cena ejecutara una maniobra antideportiva: un golpe bajo y un ataque con el cinturón del campeonato, sellando la victoria con una cuenta de tres.

La escena dejó un sabor agridulce entre los seguidores. Mientras algunos celebraban el histórico hito de Cena —quien ahora se posiciona como el campeón mundial más veces coronado en la historia de la WWE— otros criticaron el desenlace por considerarlo anticlimático y alejado del espíritu de lucha limpia que alguna vez representó el “Doctor of Thuganomics”.

Este cambio en el personaje de Cena, que combina la veteranía con una nueva faceta más agresiva y calculadora, podría marcar el último gran capítulo de su carrera. Sin embargo, también abre interrogantes sobre cómo será recordado: ¿como el ídolo que inspiró a generaciones o como la leyenda que cruzó la línea para lograr la gloria absoluta?

Lo cierto es que, con este triunfo, John Cena queda solo en la cima de la WWE, estableciendo un récord difícil de igualar y reafirmando su lugar como una de las figuras más influyentes en la historia del entretenimiento deportivo.