El Gobierno del Reino Unido impuso nuevas restricciones temporales al ingreso de productos cárnicos y lácteos procedentes de países de la Unión Europea, como parte de una estrategia para evitar la propagación de la fiebre aftosa, una enfermedad viral altamente contagiosa entre animales de pezuña hendida.
Desde el pasado sábado, está prohibido que los viajeros traigan a Gran Bretaña alimentos como sándwiches, embutidos, carnes crudas, queso o leche, incluso si están empacados o adquiridos en tiendas libres de impuestos. Esta medida aplica en Inglaterra, Escocia, Gales y las islas del Canal, aunque Irlanda del Norte queda exenta debido a su estatus especial en el mercado único europeo.
Según el sitio oficial del gobierno británico, la prohibición también alcanza ciertas importaciones comerciales y estará vigente hasta nuevo aviso. Las autoridades subrayan que, aunque no hay casos detectados de fiebre aftosa en el país, el aumento de contagios en Alemania, Hungría, Eslovaquia y Austria representa una amenaza significativa para el sector agrícola.
Los viajeros que no respeten la norma deberán entregar los productos en la frontera o se procederá a su confiscación y destrucción. En casos graves, las sanciones podrían alcanzar hasta 5,000 libras esterlinas (unos 5,800 euros), aunque por el momento estas multas solo se aplicarán en Inglaterra.
La fiebre aftosa no afecta a los humanos, pero sí puede causar graves pérdidas económicas al sector ganadero. El Reino Unido recuerda el impacto del brote de 2001, cuando la enfermedad obligó al sacrificio de millones de animales y generó duras restricciones comerciales. Con esta nueva normativa, se busca proteger al ganado británico y evitar una crisis similar.