Un reciente estudio de la Universidad de Nueva York ha puesto en alerta sobre los niveles potencialmente insalubres del aire en las estaciones del metro de la ciudad, particularmente por la presencia de partículas en suspensión (PM) con altas concentraciones de hierro. Estas partículas son el resultado del desgaste y la fricción entre los frenos de los trenes y los rieles. 

El estudio, titulado “Exposición a partículas finas en el sistema de metro de la ciudad de Nueva York durante el trayecto de casa al trabajo”, revela que en algunas estaciones las concentraciones de estas partículas eran hasta 10 veces superiores a los límites establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Shams Azad, investigador principal del estudio, concluyó que los pasajeros de grupos raciales específicos, como los afroamericanos e hispanos, enfrentan una exposición a estas partículas (PM 2.5, que incluyen el hierro) un 35% y un 23% más alta, respectivamente, en comparación con los transeúntes asiáticos y blancos.

El estudio también señala que aquellos con desplazamientos largos o que realizan múltiples transbordos entre líneas de metro son más propensos a una mayor exposición debido al tiempo prolongado que pasan en el sistema subterráneo, lo que incrementa los riesgos para su salud.

Las estaciones con mayor concentración de estas partículas se encuentran en la línea 1 entre las calles 168 y 181. Este hallazgo pone en evidencia la calidad del aire en ciertas partes del sistema, que diariamente transporta a más de 5.5 millones de pasajeros.

Por su parte, la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), que gestiona el metro de Nueva York, ha rechazado las conclusiones del estudio. La MTA argumenta que el sistema de metro es limpiado regularmente mediante trenes aspiradores y unidades móviles de lavado a presión en las plataformas. Además, la MTA puntualizó que las mediciones realizadas por la OMS se realizaron durante un período de 24 horas en una sola estación, mientras que el estudio de la Universidad de Nueva York se basó en mediciones más breves.

El debate sobre la calidad del aire en el metro de Nueva York sigue siendo un tema relevante de discusión, especialmente considerando los posibles efectos negativos sobre la salud de los pasajeros más vulnerables.