El número de víctimas fatales por las fuertes lluvias torrenciales que azotaron la provincia de Valencia en España el pasado 29 de octubre ha ascendido a 222, con 214 muertes confirmadas en la región mediterránea, y las otras víctimas en las provincias limítrofes de Castilla-La Mancha y Andalucía. Este domingo, las autoridades españolas actualizaron los datos oficiales, destacando la gravedad de la tragedia natural.

Hasta el momento, se han identificado 195 cuerpos, y 140 de ellos han sido entregados a sus familias. En total, más de 36,000 personas han sido rescatadas de situaciones de peligro debido a las lluvias intensas y las inundaciones, 82 de ellas en las últimas horas. El número de municipios afectados asciende a 78, siendo Valencia la región más afectada, con 75 de esos municipios devastados.

Además de la tragedia humana, las pérdidas materiales son incalculables. Millones de euros en daños han afectado propiedades privadas como viviendas, automóviles, empresas y fincas agrícolas, así como infraestructuras públicas como carreteras, líneas ferroviarias, telefonía y suministros energéticos. Hasta la fecha, se han presentado 156,126 solicitudes de indemnización, reflejando el impacto del desastre, con la mayor parte de las solicitudes relacionadas con viviendas y vehículos.

El Gobierno español y la Comunidad Valenciana continúan trabajando en las tareas de limpieza, desescombro y reconstrucción. Se ha desplegado una fuerza significativa para hacer frente a la crisis: 8,495 efectivos de las Fuerzas Armadas apoyados por vehículos especializados, y 9,728 agentes de las fuerzas de seguridad, quienes siguen colaborando en la zona. Asimismo, miles de voluntarios se han sumado a los esfuerzos para brindar apoyo a las comunidades afectadas.

La tragedia deja una huella profunda en la región, mientras se trabaja para devolver la normalidad a las zonas devastadas por la riada.