En medio de la sofisticación y los flashes del Festival de Cine de Cannes, hubo tiempo este viernes para celebrar a los protagonistas más entrañables y peludos de la pantalla grande. En su 25ª edición, el Palm Dog, premio informal que reconoce a los mejores intérpretes caninos del cine, fue otorgado a Panda, un pastor islandés que conquistó al jurado con su actuación en The Love That Remains, del director Hlynur Pálmason.
El jurado destacó la “maravillosa actuación naturalista” de Panda, quien interpreta al fiel compañero de una familia atravesando una crisis. El director, que eligió a su propio perro para el papel, no asistió a la ceremonia pero envió un video en el que Panda aparece visiblemente desconcertado por su victoria.
El gran premio del jurado fue compartido por dos perros de la película Sirat, una road movie española ambientada en el desierto de Marruecos. Entre ellos, se rindió un homenaje póstumo a Pipa, una perra Jack Russell que acompañó a los protagonistas y falleció recientemente. El director Oliver Laxe subió al escenario para recibir el premio, agradeciendo en nombre de sus compañeros caninos.
El Palm Dog, creado en 2001 como un juego de palabras con la Palme d’Or, se ha convertido en una de las tradiciones más queridas del festival. La ceremonia, celebrada en la playa de Cannes, reunió a amantes del cine y de los perros en un ambiente distendido, con aplausos, vítores y hasta ladridos.
Entre los ganadores anteriores figuran Brandy, la pitbull de Érase una vez en Hollywood, cuyo premio fue recogido por Quentin Tarantino, y los perros de Tilda Swinton, galardonados en 2021 por su participación en The Souvenir.
Una vez más, el Palm Dog demostró que en Cannes, los actores de cuatro patas también tienen su merecido momento de gloria.