En un mensaje contundente durante la asamblea anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., criticó duramente el papel de la agencia sanitaria internacional, acusándola de falta de transparencia, mala gestión y sumisión a los intereses de China. Sus declaraciones se dieron el mismo día en que la OMS adoptó un histórico tratado para fortalecer la preparación mundial ante futuras pandemias.
“El mundo debe entender que la OMS no solo ha cedido ante la presión política de China, sino que también ha fallado en su responsabilidad de ser una organización justa y transparente”, expresó Kennedy Jr. mediante un video proyectado en el plenario de la asamblea.
La intervención del funcionario se enmarca en un proceso de retiro formal de Estados Unidos de la OMS, iniciado por el presidente Donald Trump con una orden firmada el pasado 20 de enero. Aunque el anuncio se hizo oficial, la desvinculación completa del país podría tardar hasta un año en concretarse.
Históricamente, Estados Unidos ha sido el principal financista de la OMS, aportando aproximadamente el 18% de su presupuesto en 2024. Sin embargo, Kennedy Jr. denunció que esta contribución no ha impedido que otros países, particularmente China, ejerzan una “influencia indebida” sobre el organismo, favoreciendo agendas nacionales por encima del interés público global.
“La cooperación sanitaria internacional sigue siendo crucial para el presidente Trump y para mí”, añadió el secretario. “Pero bajo la actual dirección de la OMS, esta colaboración no está funcionando, como quedó demostrado durante la crisis del COVID-19”.
Kennedy Jr., sobrino del expresidente John F. Kennedy, también lanzó una advertencia: “Insto a los ministros de salud del mundo a que tomen nuestra retirada como una llamada de atención”.
La OMS no respondió de inmediato a los comentarios, pero la tensión entre Washington y el organismo multilateral se intensifica justo cuando la comunidad internacional busca reforzar sus mecanismos colectivos frente a futuras emergencias sanitarias.
La salida de Estados Unidos marca un nuevo capítulo en la relación entre el país norteamericano y las instituciones internacionales, y plantea interrogantes sobre el futuro de la gobernanza global en salud pública.