El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, advirtió que la tensión comercial entre Washington y Pekín podría tener consecuencias severas para la economía china, incluyendo la pérdida de hasta 10 millones de empleos si continúan vigentes los aranceles actuales.
En una reciente entrevista, Bessent subrayó que el desequilibrio en el comercio bilateral —con China exportando cinco veces más a Estados Unidos de lo que importa— vuelve insostenible la actual política arancelaria impuesta por Pekín. “Será China quien deberá dar el primer paso para reducir la tensión”, afirmó el funcionario.
Aunque Bessent aseguró que Estados Unidos mantiene comunicación a todos los niveles con el gobierno chino, enfatizó que la Casa Blanca está preparada para actuar si la situación se agrava, incluyendo la posibilidad de implementar un embargo comercial. También indicó que la exención de aranceles a ciertos productos por parte de China podría ser una señal positiva, aunque aún no existen acciones concretas que confirmen una desescalada.
Como parte de una estrategia de diversificación comercial, Estados Unidos ha iniciado conversaciones con entre 15 y 17 países para establecer nuevos acuerdos. Si bien no reveló detalles específicos, Bessent adelantó que India podría ser el primero en firmar un acuerdo, mostrando un viraje en la política comercial estadounidense.
Durante las recientes reuniones del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en Washington, representantes de ambas potencias coincidieron, aunque los diálogos se centraron en la estabilidad financiera global y no abordaron directamente el conflicto comercial.
Finalmente, el secretario del Tesoro concluyó que aún no hay una resolución a la vista. “Veremos cómo evoluciona la situación”, dijo, reiterando que la responsabilidad de iniciar una solución recae en China.