Este próximo domingo, el fútbol americano podría presenciar el fin de una era. Aaron Rodgers, el quarterback de los New York Jets y futuro miembro del Salón de la Fama, se prepara para disputar su partido número 241 como profesional, un encuentro que podría marcar su despedida definitiva de la NFL.
A sus 41 años, Rodgers enfrentará a los Miami Dolphins en el MetLife Stadium, en lo que podría ser el cierre de una temporada decepcionante para los Jets. Aunque evita pensar en el retiro, el quarterback ha admitido que la posibilidad de dejar el deporte está presente en su mente.
"Sí, por supuesto. No puedo ignorarlo, pero trato de disfrutar el momento. Este juego me ha dado mucho, y he retribuido lo mejor que he podido", expresó Rodgers, quien ha sido uno de los pasadores más destacados de la historia de la NFL.
Con contrato hasta 2025, Rodgers tomará una decisión sobre su futuro antes de la agencia libre en marzo. Sin embargo, asegura que esta vez no necesitará retirarse en la oscuridad para aclarar sus ideas. A pesar de los altibajos en su rendimiento y los resultados decepcionantes de los Jets, Rodgers se siente agradecido por los últimos 20 años de su carrera en la liga.
"Estoy decepcionado por mi desempeño y el del equipo. Pero estoy agradecido por la oportunidad. Si regreso y quieren intentarlo de nuevo, sería fantástico. Si no, no tengo nada más que gratitud por mi tiempo aquí", comentó el quarterback.
El impacto de Rodgers en la NFL es incuestionable. Con 62,678 yardas por pase, se encuentra a solo 115 de superar a Matt Ryan y convertirse en el séptimo máximo pasador de la historia. Además, está cerca de alcanzar los 500 pases de touchdown, un hito que lo colocaría como el quinto jugador en lograrlo.
Si este es su último partido, el entrenador interino Jeff Ulbrich aseguró que se despedirán de Rodgers de la mejor manera posible: "Si este es su último partido, vamos a despedirnos de él de la mejor manera", afirmó.
A pesar de las especulaciones sobre tensiones entre Rodgers y sus compañeros, Garrett Wilson, receptor estrella de los Jets, destacó lo que ha significado para él jugar junto a Rodgers: "Es una bendición. Es algo que les contaré a mis hijos", expresó Wilson.
Con los recientes despidos del entrenador Robert Saleh y el gerente general Joe Douglas, los Jets se encaminan hacia una reestructuración que podría incluir un cambio en la posición de quarterback. Rodgers, consciente de la situación, ha expresado su intención de hablar con el nuevo régimen antes de tomar una decisión sobre su futuro.
Por ahora, su prioridad es descansar tras el desgaste físico y mental de rehabilitarse de una lesión grave. "Necesito un descanso, mentalmente", afirmó Rodgers.
El partido del domingo no solo marcará el fin de una temporada decepcionante para los Jets, sino que podría ser también el cierre de una de las carreras más memorables en la historia del fútbol americano.