Un futuro sin hielo en el Ártico ya no es una posibilidad lejana. De acuerdo con un estudio reciente publicado en *Nature Communications*, el primer día con menos de un millón de kilómetros cuadrados de hielo marino en el Ártico, considerado como un umbral crítico, podría ocurrir antes de 2030. Las estimaciones más preocupantes sitúan este evento histórico tan pronto como en 2027.
Las investigadoras Alexandra Jahn, de la Universidad de Colorado en Boulder, y Céline Heuzé, de la Universidad de Gotemburgo, realizaron más de 300 simulaciones por computadora para analizar cómo el calentamiento global y las emisiones de gases de efecto invernadero están acelerando el deshielo en el Ártico. Según sus hallazgos, el verano de un Ártico “libre de hielo” se está acercando a pasos alarmantes.
Desde 1979, cuando los satélites comenzaron a medir la extensión del hielo marino con precisión, el Ártico ha perdido una superficie equivalente al tamaño de Castilla-La Mancha cada año, aproximadamente 80,000 km². En 2023, la extensión mínima de la banquisa ártica alcanzó solo 3.3 millones de km², muy lejos de los más de 16 millones que solía cubrir.
Además, fenómenos como los Eventos Repentinos de Pérdida de Hielo (RILE, por sus siglas en inglés), causados por anomalías climáticas extremas como olas de calor en otoño o inviernos inusualmente cálidos, podrían precipitar la desaparición del hielo en cuestión de semanas.
Aunque el deshielo del Ártico no contribuye directamente al aumento del nivel del mar, sus efectos son profundos:
- **Aceleración del calentamiento global**: La pérdida del efecto albedo, la capacidad del hielo para reflejar la radiación solar, permitirá que el océano absorba más calor, intensificando el calentamiento regional y global.
- **Alteración climática**: Se prevé un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos en latitudes medias.
- **Impactos ecológicos**: Cetáceos y mamíferos marinos enfrentarán amenazas por el aumento del tráfico marítimo y la pérdida de hábitats.
- **Dinámicas geopolíticas y comerciales**: Rutas como el Paso del Noroeste podrían abrirse, transformando el comercio marítimo y las tensiones políticas en la región.
Las investigadoras subrayan que, aunque el primer día sin hielo en el Ártico es prácticamente inevitable, reducir las emisiones globales puede limitar la cantidad de días sin hielo en el futuro. "Cualquier reducción en las emisiones ayudará a preservar el hielo marino", afirmó Jahn. Por su parte, Heuzé destacó que en marzo de 2022, las temperaturas en algunas zonas del Ártico superaron en 50 °F el promedio histórico, evidenciando la rapidez del cambio climático.
El Ártico es el termómetro del planeta, y un Ártico sin hielo marcaría un punto de inflexión para el clima global. Este escenario desafía a gobiernos, empresas y ciudadanos a tomar decisiones inmediatas y drásticas para combatir el cambio climático. La humanidad aún tiene la oportunidad de mitigar estos efectos y evitar que el Ártico pierda su capa de hielo de forma definitiva.