El tepache, una bebida ancestral de México, ha logrado mantener su popularidad a lo largo de los siglos. Su historia se remonta a tiempos prehispánicos, cuando se elaboraba con maíz, y su nombre proviene del náhuatl "tepiatl", que significa "bebida de maíz". Aunque su origen exacto es incierto, hoy en día la piña se ha convertido en su ingrediente principal, con variaciones que incluyen manzana o naranja en algunas regiones.

Esta bebida fermentada es ampliamente consumida en la Ciudad de México y en estados como Hidalgo, Puebla, Morelos, San Luis Potosí, Oaxaca, Jalisco y Nayarit, donde la receta varía según la tradición local. La clave del tepache está en la fermentación, un proceso que se realiza en barricas de madera conocidas como "tepacheras". Las frutas maceradas, junto con canela y piloncillo, se fermentan durante uno a cuatro días, dependiendo del clima, lo que resulta en una bebida refrescante y ligeramente dulce.

Además de su sabor, el tepache ofrece beneficios para la salud. Según la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta bebida contiene microorganismos probióticos que favorecen la flora intestinal y previenen enfermedades gastrointestinales. También es rica en vitamina C, A, B y minerales como el magnesio, gracias a la piña, que también aporta bromelina, una enzima que mejora la digestión y combate parásitos.

El doctor Rubén Darío Moreno, egresado de la UNAM, destaca que el tepache contiene tibicos, microorganismos que ayudan a revitalizar tejidos dañados, aliviar colitis e infecciones urinarias, e incluso contribuyen a la reducción de peso. Así, el tepache no solo conquista por su sabor, sino también por sus propiedades medicinales que han pasado de generación en generación.