Ulysses S. Grant, el 18° presidente de los Estados Unidos, es una figura histórica conocida por su liderazgo durante la Guerra Civil y sus dos mandatos presidenciales. Sin embargo, hay un episodio menos conocido de su vida que revela un lado más humano y menos formal del líder estadounidense.
En 1872, durante su presidencia, Grant fue arrestado por un oficial de policía en Washington D.C. por una infracción que puede parecernos trivial en la actualidad: exceso de velocidad en su carruaje.
En aquella época, las calles de la capital estadounidense estaban llenas de carruajes tirados por caballos, y al igual que hoy en día, existían normas de tránsito que debían ser respetadas. Grant, conocido por su pasión por los caballos y la velocidad, fue sorprendido conduciendo su carruaje a una velocidad considerada peligrosa.
El oficial que lo detuvo fue William H. West, un veterano de la Guerra Civil que no dudó en cumplir con su deber a pesar de la identidad de su infractor. A pesar de ser el presidente de los Estados Unidos, Grant fue llevado a la estación de policía, donde pagó una fianza y fue liberado.
Este incidente no tuvo mayores consecuencias legales ni políticas, pero sí dejó una anécdota curiosa en la historia de la presidencia estadounidense. Muestra que incluso el hombre más poderoso del mundo está sujeto a las leyes y que la ley se aplica por igual a todos los ciudadanos.
Este episodio también revela un lado más informal de Grant, un hombre que disfrutaba de la vida y que, a pesar de sus responsabilidades como presidente, no era ajeno a las pequeñas infracciones.
A pesar de este incidente, Grant sigue siendo recordado por su papel en la reconstrucción de los Estados Unidos después de la Guerra Civil y por sus esfuerzos por combatir la corrupción. Su arresto por exceso de velocidad es un recordatorio de que incluso los líderes más grandes pueden cometer errores y que, a veces, las historias más interesantes son las más simples.