En el año 2014, Dyson y su esposo Martin Hold regresaban de sus vacaciones cuando encontraron a un completo extraño durmiendo en su cama. El intruso, un polaco llamado Lucas Choinovsky, había sido echado de su alojamiento porque no hablaba inglés, por lo que vagó por las calles buscando dónde vivir.
Tras deambular por la ciudad, Choinovsky vio una casa que parecía abandonada y decidió entrar para quedarse. Toda la casa estaba hecha un desastre, así que Lucas la limpió y ordenó por completo. Después de un largo día de trabajo, tomó un baño de burbujas, se preparó un pollito con pasta y se echó a dormir.
Cuando Paty y Martin regresaron de sus vacaciones, encontraron su casa como nueva. No solo estaba limpia y ordenada, sino que también encontraron la cena lista y a un extraño durmiendo en su cama. La sorpresa fue mayúscula al descubrir que el intruso no había robado nada, sino que había mejorado el estado de su hogar.
Como en el cuento de Ricitos de Oro, Lucas fue arrestado por las autoridades. Sin embargo, en un giro inesperado, Paty y Martin defendieron a Lucas en el juicio, argumentando que no había tenido malas intenciones y que, de hecho, había sido una gran ayuda. Gracias a su intervención, Lucas solo recibió dos años de libertad condicional.
El matrimonio declaró a los medios que Lucas había sido “un gran intruso” y que, de no ser por las circunstancias, les gustaría tenerlo como mayordomo. Esta declaración generó una gran sorpresa y un sinfín de comentarios en redes sociales, donde la historia se viralizó rápidamente.
Este insólito evento nos hace reflexionar sobre la hospitalidad y la empatía. En lugar de reaccionar con enojo, Paty y Martin decidieron ver el lado positivo de la situación y ayudar a una persona en necesidad. Lucas Choinovsky pasó de ser un intruso a un invitado inesperado que dejó una impresión duradera en la vida de esta pareja.
Esta historia, aunque parece sacada de un cuento, es un recordatorio de que a veces las situaciones más extrañas pueden llevarnos a actos de bondad y comprensión inesperados.