La muerte de Peanut, una ardilla rescatada y querida mascota de redes sociales, ha generado tristeza y protesta entre sus seguidores y defensores de los derechos animales. Peanut, adoptada por Mark Longo hace siete años, se hizo popular en TikTok e Instagram, donde sus travesuras y disfraces la llevaron a conquistar millones de seguidores. Sin embargo, su vida tomó un giro trágico cuando fue confiscada por el Departamento de Conservación Ambiental (DEC) de Nueva York tras recibir reportes de que Longo tenía “animales salvajes” como mascotas, lo cual es ilegal sin licencia en el estado.
El pasado miércoles, tras una redada en el santuario que Longo dirige, Peanut fue sacrificada por el DEC debido a que mordió a un funcionario, una acción que las autoridades señalaron como un riesgo de exposición a la rabia. Según los informes, la decisión de sacrificar a Peanut y a un mapache llamado Fred, también rescatado, se debió a la falta de un refugio alternativo que pudiera garantizar la seguridad sanitaria.
“Esto todavía me parece surrealista, que el estado me haya atacado de esta manera y se haya llevado a dos de los animales más queridos de este planeta sin siquiera ponerlos en cuarentena”, expresó Longo, quien estaba en proceso de certificar a Peanut como un “animal educativo”. Longo fundó el Santuario P’Nuts Freedom en abril de 2023, donde alberga a unos 300 animales rescatados, como caballos, cabras y alpacas.
La noticia ha despertado una ola de indignación en redes sociales, donde los seguidores de Peanut cuestionan la medida y expresan su dolor por la pérdida. En respuesta a la controversia, el legislador estatal Jake Blumencranz ha propuesto la “Ley Peanut para la Protección Animal”, una legislación que exigiría un periodo de espera de 72 horas antes de que cualquier agencia estatal proceda con el sacrificio de animales confiscados. La ley también ofrecería protecciones adicionales a los santuarios de animales, permitiendo a los propietarios demostrar que sus animales están bien cuidados y no representan un riesgo de salud.
Este caso ha abierto un debate sobre el trato hacia animales rescatados y el papel de las leyes en la protección de mascotas no convencionales. Mientras tanto, la memoria de Peanut sigue viva entre sus seguidores, quienes han inundado las redes con mensajes de apoyo y petición de justicia para la ardilla que tocó el corazón de muchos.