El expresidente brasileño Jair Bolsonaro permanece “clínicamente estable” pero sigue enfrentando complicaciones tras la cirugía intestinal a la que fue sometido el pasado 13 de abril. Según el último parte médico divulgado este sábado, Bolsonaro continúa en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un hospital en Brasilia, donde se recupera de una operación que duró doce horas debido a intensos dolores que experimentó durante un acto político.
A pesar de su estado “estable”, los médicos han informado que el exmandatario no ha podido recibir alimentos por vía oral, ya que “aún no ha presentado movimientos intestinales espontáneos”. El boletín médico explica que esto se debe a la persistencia de gastroparesia, un retraso en el vaciado gástrico, lo que le impide alimentarse de manera normal, incluso por sonda gástrica.
Bolsonaro ha estado bajo un estricto régimen de cuidados médicos desde la operación, y los médicos señalaron que también está siendo tratado por alteraciones hepáticas detectadas hace dos días, coincidiendo con un episodio de presión arterial elevada. Esta situación ha obligado a los médicos a restringir las visitas y a someter al exmandatario a una rutina diaria de fisioterapia.
El cuadro clínico de Bolsonaro está marcado por complicaciones digestivas que datan de 2018, cuando fue apuñalado en la región abdominal durante su campaña presidencial. Desde entonces, ha tenido que someterse a seis cirugías para corregir las secuelas de ese ataque, lo que ha tenido un impacto significativo en su salud actual.