A finales de marzo, el cielo nocturno recibió la visita inesperada de SWAN25F, un cometa descubierto por el instrumento SWAN del satélite SOHO, diseñado para observar la actividad solar. Fue el astrónomo Michael Mattiazzo quien reportó por primera vez su movimiento, el 1 de abril, en la constelación de Pegaso. Desde entonces, su comportamiento ha captado la atención tanto de la comunidad científica como de aficionados a la astronomía.
Lo que comenzó como una simple detección, rápidamente evolucionó hacia un fenómeno astronómico relevante. En cuestión de días, SWAN25F mostró una trayectoria definida y una actividad creciente. Su coma —la nube de gas y polvo que rodea el núcleo— comenzó a hacerse visible, señalando que el cometa estaba liberando material a gran velocidad. Para el 3 de abril, su brillo ya alcanzaba una magnitud visual de 9.5, y seguía aumentando.
Las imágenes tomadas por astrónomos como Michael Jäger los días 6 y 7 de abril revelaron una cola doble: una iónica y otra de polvo, extendiéndose por más de dos grados. Esta formación estaba compuesta por filamentos y chorros brillantes, evidenciando un núcleo particularmente activo.
La evolución de su brillo también ha sido destacada. En poco tiempo, la magnitud del cometa se redujo a 8, lo que lo volvió visible con binoculares desde lugares con cielos despejados. Se estima que su máximo acercamiento al Sol (perihelio) ocurrirá alrededor del 1 de mayo, cuando podría alcanzar una magnitud 4, suficiente para observarlo a simple vista, aunque aún existen dudas sobre su estabilidad después de este punto, dado su tamaño relativamente pequeño.
Los mejores días para observar SWAN25F en el hemisferio norte serán a finales de abril, antes del amanecer, mirando hacia el noreste a unos 15 grados sobre el horizonte. Sin embargo, será una ventana breve, ya que a partir del 5 de mayo el cometa se desplazará hacia el hemisferio sur.
En esa nueva posición, podrá observarse durante el anochecer en países como Chile, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, esta vez hacia el oeste. Un momento clave será el 13 de abril, cuando pasará cerca de la estrella Alpheratz, en la constelación de Andrómeda, lo que podría provocar un aumento momentáneo en su brillo, posiblemente superando la magnitud 6.
Un fenómeno curioso que presenta SWAN25F es su “parpadeo” luminoso, un comportamiento que indica una reacción activa del núcleo al calor solar. Esto sugiere que podríamos estar ante uno de los eventos astronómicos más espectaculares del año, especialmente si alcanza la magnitud prevista para mayo.
A medida que se acerca a su punto más brillante, SWAN25F se convierte en una oportunidad única para los observadores del cielo, ya que este tipo de cometas, visibles sin telescopios, son cada vez menos frecuentes.