La Policía de Corea del Sur informó este miércoles que está rastreando la ubicación del expresidente destituido **Yoon Suk-yeol**, en medio de una investigación por insurrección derivada de la fallida imposición de ley marcial en diciembre pasado. La ausencia del exmandatario en su residencia oficial de Seúl ha encendido las alarmas sobre una posible huida, agudizando la crisis política que vive el país.
Un portavoz policial, citado por la agencia Yonhap, afirmó que no pueden "revelar específicamente" el paradero de Yoon, quien se creía confinado en su vivienda desde su destitución a mediados de diciembre. No obstante, desde principios de esta semana, las autoridades han sido incapaces de confirmar si sigue allí, aumentando la incertidumbre.
El clima de desconfianza se intensificó el martes cuando **Oh Dong-won**, director de la Oficina para la Investigación de Casos de Corrupción para Altos Funcionarios (CIO), admitió ante un comité parlamentario desconocer si Yoon permanecía en su residencia. Estas declaraciones llevaron al **Partido Democrático (PD)**, principal fuerza opositora, a señalar públicamente la posibilidad de una fuga.
"Se están considerando diversas posibilidades", declaró Oh, dejando abierta la hipótesis de que el expresidente haya abandonado su residencia.
El viernes pasado, un intento de arresto dirigido por la CIO fue bloqueado por el **Servicio de Seguridad Presidencial (PSS)**, que impidió a las autoridades acceder a la vivienda de Yoon. Desde entonces, la incertidumbre sobre su paradero ha crecido, alimentando la tensión en el ámbito político y social.
Yoon Suk-yeol enfrenta acusaciones graves por insurrección tras haber declarado la ley marcial el pasado 3 de diciembre, una decisión que generó su destitución por parte del Parlamento 11 días después. Este delito, el único para el cual un presidente surcoreano no goza de inmunidad, conlleva penas de **cadena perpetua o la pena de muerte**, aunque esta última no se ejecuta en el país desde hace casi cuatro décadas.
Aunque se le ha prohibido abandonar Corea del Sur, la falta de claridad sobre su paradero plantea serias dudas sobre la capacidad del Estado para contener la crisis. Si es arrestado, los investigadores dispondrán de 48 horas para interrogarlo y podrán solicitar una extensión de su detención si fuera necesario.
El futuro político de Yoon será definido por el **Tribunal Constitucional**, que decidirá en junio si ratifica o anula la destitución aprobada por el Parlamento. Mientras tanto, la incertidumbre y la desconfianza institucional sumen al país en uno de los episodios más complejos de su historia reciente.
La posibilidad de que Yoon haya huido no solo pone en entredicho su liderazgo, sino que también representa un desafío crítico para las instituciones democráticas de Corea del Sur en un momento de profunda división política.
