Un sismo de magnitud 6.3 sacudió este domingo la región centroamericana, con epicentro en el océano Pacífico frente a las costas de El Salvador. El temblor, ocurrido a las 11:18 hora local (17:18 GMT), se sintió con fuerza en Guatemala, Honduras y Nicaragua, generando alarma entre la población.

Según el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de El Salvador, el epicentro del sismo se ubicó a 29 kilómetros al suroeste de Playa Costa del Sol, en el departamento de La Paz, a una profundidad de 33 kilómetros. Afortunadamente, y a pesar de la intensidad del temblor, las autoridades de los países afectados no reportaron víctimas fatales ni daños estructurales de gran envergadura.

Posterior al sismo principal, se registraron al menos seis réplicas de magnitudes entre 3.8 y 4.8 en la misma zona. Las autoridades salvadoreñas, guatemaltecas y hondureñas mantienen un monitoreo constante de la actividad sísmica y han llamado a la población a mantener la calma y estar alerta ante posibles réplicas.

Es importante destacar que, pese a la intensidad del sismo, no se activó ninguna alerta de tsunami. Esta medida preventiva se tomó en cuenta debido a la profundidad del epicentro y a las características del sismo.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala hizo un llamado a la población a mantener la calma y tener siempre a mano una mochila de emergencia con los suministros necesarios para enfrentar cualquier eventualidad. Asimismo, las autoridades de los demás países afectados han reiterado la importancia de contar con planes de emergencia familiar y de conocer las rutas de evacuación en caso de sismos.

El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) explicó que este sismo fue producto de los procesos tectónicos derivados del choque entre las placas de Cocos y Caribe, una zona de alta actividad sísmica. La región centroamericana es propensa a este tipo de eventos naturales debido a su ubicación geográfica.

Este sismo sirve como un recordatorio de la importancia de estar preparados para enfrentar eventos naturales. La población debe estar informada sobre las medidas de prevención y seguir las indicaciones de las autoridades en caso de emergencia.