Un descubrimiento excepcional ha dado nueva esperanza a la preservación de la flora endémica de México. La **Cosmos Chocolate**, una flor nativa que se creía extinta desde principios del siglo XX, ha sido recuperada gracias al esfuerzo del científico chiapaneco **Bulmaro Morales** y su equipo.  

La **Cosmos atrosanguineus**, conocida como Cosmos Chocolate por su característico aroma a chocolate, había desaparecido de su hábitat natural debido a la destrucción ambiental. Con pétalos de un profundo tono oscuro, esta flor era un símbolo de la riqueza biológica de México.  

Sin embargo, en un giro inesperado, Morales y sus colegas, los doctores **José Merced Mejía Muñoz** y **Teresa Colinas León**, localizaron una pequeña población silvestre de la especie en las regiones de Chiapas, donde realizaron extensas investigaciones como parte de la tesis doctoral del científico.  
 
Tras el hallazgo, el equipo inició un programa integral de conservación que incluyó el **mejoramiento genético** de la flor. En 2022, lograron registrar la primera variedad mexicana de Cosmos Chocolate, bautizada como **Dulce Amanecer**, marcando un hito en la protección de especies nativas.  

Este esfuerzo ha sentado las bases para futuras estrategias de preservación en un contexto donde la biodiversidad enfrenta constantes amenazas.  

Por su destacada contribución a la ciencia y al medio ambiente, Morales fue galardonado con el **Premio Arturo Fregoso Urbina 2023** por la Universidad Autónoma Chapingo, un reconocimiento otorgado a las mejores investigaciones de posgrado.  

El redescubrimiento de la Cosmos Chocolate no solo subraya la importancia de la investigación científica en la preservación de especies, sino que también pone en evidencia el inmenso potencial que México tiene en términos de biodiversidad.  

Este hallazgo es un recordatorio de que, incluso en medio de la crisis ambiental global, el esfuerzo humano y la dedicación científica pueden recuperar tesoros naturales aparentemente perdidos. La Cosmos Chocolate, ahora protegida, florece nuevamente como un símbolo de esperanza y resiliencia para el patrimonio natural mexicano.