El motivo histórico más alegado para el uso de este tipo de gorros señala que se trata de una marca de superioridad, que permitía al chef que lo usaba dar a conocer su rango. Esto ocurrió en un contexto en el que era posible para los cocineros ganarse el favor de los miembros de la nobleza a los que servían.
La figura del cocinero francés Marie-Antoine Carême parece confirmar esta hipótesis. Los registros históricos sugieren que Carême, quien es considerado el padre de la alta cocina moderna de Europa, llegó a usar un gorro de hasta 40 centímetros de altura.
Entre los méritos de este chef francés, que vivió entre el final del siglo XVIII y el comienzo del XIX, está haber trabajado en la cocina de diferentes gobernantes. Entre estos se cuentan el príncipe de Talleyrand, el zar Alejandro I o los Rothschild. Él mismo Carême bautizó al sombrero alto de chef como toque blanche. Y para resaltar aún más su importancia usaba uno decorado con flores doradas.
Dicha tradición se puede seguir hasta la antigüedad, ya que según algunas fuentes históricas, los cocineros del Imperio asirio ya estaban relacionados con el uso de sombreros altos.
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