En medio de las investigaciones que enfrentan por apología del delito y presunto uso de recursos ilícitos, el grupo de música regional Los Alegres del Barranco sorprendió al público con el lanzamiento de un nuevo corrido titulado “El Consejo”, cuyo mensaje se aleja de los contenidos que los colocaron en el ojo del huracán.
A diferencia del polémico tema presentado en marzo —que les valió una carpeta de investigación en Jalisco tras proyectar imágenes de capos del crimen en uno de sus conciertos— esta nueva canción desalienta abiertamente el ingreso al crimen organizado.
“El crimen no es un juego y si se entra en él, no hay un final feliz”, señala la agrupación en el mensaje que acompaña el estreno en redes sociales. En la letra, que dura poco más de tres minutos, se describe con crudeza las consecuencias de una vida delictiva. Una de las estrofas advierte:
“Se pierde lo más importante, libertad y la familia, eso sí tuviste suerte y no perdiste la vida”.
El video de “El Consejo” acumuló más de 12 mil reproducciones en YouTube apenas tres horas después de su publicación, generando reacciones positivas entre sus seguidores, quienes aplaudieron el cambio de enfoque y el intento del grupo por ofrecer un mensaje más responsable.
Este lanzamiento coincide con la propuesta del gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, de que Los Alegres del Barranco ofrezcan conferencias a jóvenes para contrarrestar la normalización del crimen en la música.
Cabe recordar que, tras la presentación del 29 de marzo en la que proyectaron imágenes de líderes criminales, la Fiscalía de Jalisco congeló más de 5 millones de pesos de las cuentas del grupo, alegando dudas sobre el origen del dinero recibido en ese evento.
En respuesta, la agrupación ha reiterado su inocencia a través de un comunicado:
“Nunca hemos recibido dinero ilícito. Somos cantores del pueblo y vivimos de nuestro trabajo, que es lícito y fácilmente comprobable”.
Mientras las investigaciones continúan, Los Alegres del Barranco parecen buscar redirigir su narrativa artística, utilizando la música como plataforma para emitir un mensaje de advertencia más que de exaltación.