Astrónomos, físicos y aficionados están a la expectativa de un evento astronómico sin precedentes: la erupción de una nova en el sistema estelar T Coronae Borealis (T CrB), ubicado en la constelación de Corona Borealis, a 2,600 años luz de la Tierra. Según Diego López Cámara Ramírez, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, este fenómeno podría ocurrir en lo que resta de 2024 o en el primer semestre de 2025, iluminando el cielo nocturno con un brillo comparable al de la Estrella del Norte.
El evento se originará en un sistema binario formado por dos estrellas: una gigante roja en las últimas etapas de su vida y una enana blanca, su compañera estelar. La enana blanca, un núcleo compacto que ya ha agotado su hidrógeno y helio, ha estado "robando" material de la gigante roja. Este material, compuesto principalmente de hidrógeno y helio, se acumula en la superficie de la enana blanca, alcanzando temperaturas y densidades críticas que desencadenan reacciones de fusión nuclear.
“En este proceso, el hidrógeno en la superficie se convierte en helio, y el helio, en carbono, liberando una enorme cantidad de energía. Esto no destruye la estrella, pero la hace 50 mil a 100 mil veces más brillante que el sol, haciéndola visible desde la Tierra como un objeto hasta 10 veces más brillante que Sirio”, explicó López Cámara.
La erupción de novas, aunque menos brillantes que las supernovas o kilonovas, es relativamente común. T CrB, por ejemplo, repite este ciclo aproximadamente cada 40 años. La última erupción registrada ocurrió en 1946, lo que ha llevado a los científicos a anticipar que la próxima está cerca.
López Cámara recordó que eventos similares han sido documentados desde la antigüedad. Registros chinos y coreanos del año 5 a.C. mencionan la aparición de una "estrella invitada", posiblemente una nova.
Los expertos anticipan que la nova de T CrB será visible durante semanas o incluso meses, permitiendo que aficionados y observatorios de todo el mundo disfruten de este fenómeno. La energía liberada por la explosión iluminará el cielo nocturno, marcando un hito para la astronomía moderna.
Este evento es un recordatorio del dinamismo y la magnitud de los procesos cósmicos, y representa una oportunidad única para observar de cerca el ciclo de vida de las estrellas. “Fenómenos como este nos conectan con la historia del universo y con el conocimiento acumulado a lo largo de los siglos”, concluyó López Cámara.
La comunidad científica y los amantes de la astronomía ya se preparan para documentar este fenómeno que promete deslumbrar los cielos y alimentar nuestra comprensión del cosmos.