El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, anunció su renuncia luego de que una investigación revelara que no informó de manera oportuna sobre abusos físicos y sexuales cometidos por un voluntario en campamentos cristianos. La decisión de Welby, compartida en un comunicado difundido por *Newsweek*, llega tras intensas críticas por su liderazgo y una creciente presión de la comunidad religiosa.

La renuncia de Welby se produce después de que el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra, su máximo órgano de gobierno, respaldara una petición que argumentaba que el arzobispo había "perdido la confianza de su clero". La obispa de Newcastle, Helen-Ann Hartley, declaró que la posición de Welby se había vuelto “insostenible” ante el clamor de los miembros de la Iglesia Anglicana, que exigen cambios en la gestión de casos de abuso dentro de la institución.

“Dar un paso al costado es lo mejor para la Iglesia de Inglaterra, a la cual amo profundamente y a la que he tenido el honor de servir”, expresó Welby en su comunicado de renuncia, luego de recibir el permiso del rey.

La salida de Welby ocurre en un contexto de creciente escrutinio hacia la Iglesia de Inglaterra por su manejo de casos históricos de abuso sexual. Un informe de 2022, elaborado por la Investigación Independiente sobre Abuso Sexual Infantil, concluyó que la cultura interna de la Iglesia facilitó un ambiente que protegía a los perpetradores en lugar de a las víctimas, creando “un lugar donde los abusadores podían esconderse”.

Entre los críticos de la respuesta de la Iglesia a estos casos están las víctimas del abogado John Smyth, quien abusó de adolescentes en campamentos cristianos durante más de cinco décadas. Andrew Morse, una de sus víctimas, señaló que la renuncia de Welby podría ser un primer paso hacia la reparación. “Ahora tiene la oportunidad de solidarizarse con las víctimas del abuso de Smyth y con todas aquellas que no fueron atendidas adecuadamente por la Iglesia”, expresó Morse a la BBC.