El consumo excesivo de azúcar está relacionado con diversas enfermedades, como la diabetes, el sobrepeso y los problemas cardíacos. Sin embargo, dentro de los diferentes tipos de endulzantes, el azúcar rubia, también conocida como azúcar morena, ha ganado popularidad como una opción más saludable. Esta variedad conserva parte de su melaza, ofreciendo minerales esenciales y un valor nutricional que el azúcar blanco pierde en su proceso de refinado.
A diferencia del azúcar refinado, que elimina la melaza y con ello la mayoría de sus minerales, el azúcar rubia retiene hierro, calcio, magnesio y potasio, nutrientes importantes para el organismo. Este tipo de azúcar se obtiene del jugo de la caña de azúcar, que se cristaliza sin separar completamente la melaza. Según el Código Alimentario Argentino, el azúcar rubia contiene entre un 85% y 90% de sacarosa, mientras que el azúcar blanco alcanza hasta un 99.9%, al estar compuesto casi exclusivamente de sacarosa.
El sabor a caramelo del azúcar rubia y su textura gruesa e irregular la hacen ideal para recetas como galletas, salsas y postres, en los que se aprovecha su perfil de sabor. Además, se cree que esta variedad favorece una liberación más lenta de glucosa en el organismo, lo que ayuda a evitar picos de azúcar en sangre y reduce el riesgo de problemas metabólicos a largo plazo.
Aunque el azúcar rubia es más nutritiva y menos procesada, los expertos recomiendan consumirla con moderación. Sus beneficios no eliminan los riesgos de consumir azúcar en exceso, pero dentro de una dieta equilibrada puede ser una alternativa valiosa para quienes buscan reducir el consumo de endulzantes refinados sin renunciar al sabor.