A pesar de caer 3-1 ante Peñarol en Montevideo, Botafogo aseguró su primera clasificación a la final de la Copa Libertadores gracias al contundente 5-0 que logró en el partido de ida. La victoria global de 6-3 en las semifinales le permitirá al "Fogao" luchar por el título continental contra Atlético Mineiro, que eliminó a River Plate con un 3-0 en la serie.
Con goles de Jaime Báez y Facundo Batista, Peñarol llegó a entusiasmar a su hinchada, pero una expulsión crucial del arquero Washington Aguerre por una agresión en el entretiempo selló el destino de los locales. Aunque Botafogo también terminó con 10 jugadores tras la expulsión de Mateo Ponte, un gol en el último tramo de Thiago Almada alivió la presión sobre los visitantes.
Botafogo, cuyo recorrido en el torneo comenzó en fases previas ante equipos como Aurora y Bragantino, demostró su capacidad en rondas difíciles eliminando a Palmeiras y Sao Paulo. Ahora, enfrentará al Atlético Mineiro en un duelo que definirá también el último pase de la CONMEBOL al próximo Mundial de Clubes en Estados Unidos.
La final, que se jugará el 30 de noviembre en el estadio Monumental de Buenos Aires, representa una oportunidad histórica para ambos equipos. Brasil asegura así su sexto título consecutivo de Libertadores, destacando la superioridad de sus clubes en el continente.
Sin embargo, la serie no estuvo exenta de incidentes violentos. A su llegada al estadio, el autobús de Botafogo fue apedreado, al igual que otros vehículos de aficionados brasileños. La Conmebol, que había optado por trasladar la sede del partido al estadio Centenario para reforzar la seguridad, se negó a prohibir la entrada de seguidores visitantes a pesar de las recomendaciones del Ministerio del Interior uruguayo.