Todas las áreas cerebrales que se relacionan con la intensidad emocional de los sueños, siguen actuando durante la noche, por ello, se puede decir que nuestro cerebro no actúa de manera diferente ni cambia a la hora de dormir, este sigue activo.

Lo que, si cambia, es la forma en la que procesamos los datos, esto quiere decir que los pensamientos que tenemos en el día y en la noche son iguales, pero no los recordamos de la misma manera.

Hay una fase mientras dormimos a la que se le denomina REM, que es cuando más soñamos, las ondas que emite nuestro cerebro, hacen que sea difícil procesar la información, de tal forma que podemos recordar vagamente lo que soñamos, pero no con exactitud.

En conclusión, la evidencia científica con la que se cuenta hasta el momento parece indicar que no recordamos los sueños por la forma en que el cerebro se comporta mientras dormimos.

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