Mawsynram: El pueblo que vive bajo la lluvia eterna

Mawsynram: El pueblo que vive bajo la lluvia eterna

Mawsynram: El pueblo que vive bajo la lluvia eterna Mawsynram: El pueblo que vive bajo la lluvia eterna.

Mawsynram, un pequeño pueblo enclavado en las montañas del estado de Meghalaya, India, ha sido reconocido oficialmente como el lugar más lluvioso del mundo, de acuerdo con el Departamento Meteorológico de India (IMD) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Este remoto poblado registra un promedio anual de 11,871 milímetros de lluvia, superando a su vecino y eterno competidor, Cherrapunji, ubicado a solo 15 kilómetros de distancia.

El fenómeno climático que azota a Mawsynram se explica por su ubicación geográfica única: está asentado en las laderas de las montañas Khasi, justo en la ruta de los vientos monzónicos del océano Índico. Estos vientos, al chocar con la escarpada topografía de la región, provocan intensas lluvias casi a diario durante buena parte del año, especialmente entre junio y septiembre.

La vida cotidiana en este pueblo ha sido profundamente moldeada por el clima. Durante la temporada alta de lluvias, los caminos se vuelven intransitables, los ríos se desbordan y la humedad se apodera de cada rincón. Sin embargo, sus habitantes han aprendido a adaptarse. Usan paraguas de bambú tejidos a mano, organizan su jornada según los pronósticos meteorológicos y han desarrollado una economía sustentada en el eco-turismo y la artesanía local.

Pero no todo es estabilidad. En los últimos años, investigadores del Instituto Indio de Meteorología Tropical han advertido que el cambio climático podría alterar el patrón de precipitaciones en la región, poniendo en riesgo no solo la rutina de Mawsynram, sino también la seguridad y economía de todo el noreste del país.

Mientras tanto, el pueblo continúa atrayendo a viajeros curiosos que buscan experimentar lo que significa vivir bajo una lluvia casi perpetua. Con su récord vigente, Mawsynram no solo es un destino turístico singular, sino también un símbolo de resistencia y adaptación ante las fuerzas de la naturaleza.