Una zarigüeya encontró en el garaje de la familia Collins, en Victoria, Australia, el lugar perfecto para refugiarse de la intemperie. Concretamente, el marsupial eligió la balda de una estantería para anidar como okupa sin que nadie se diera cuenta.
Pero, lo cierto es que Leisa Collins, de 49 años, no tardó mucho en descubrir al indefenso animal acurrucado en la balda.
Tras mucho pensarlo con su familia, y tras el beneplácito de ésta, Leisa decidió aceptar a la zarigüeya como inquilino y accedió a hacer su nido un poco más cómodo, indica El Imparcial.
Tras mucho pensarlo con su familia, y tras el beneplácito de ésta, Leisa decidió aceptar a la zarigüeya como inquilino y accedió a hacer su nido un poco más cómodo, indica el imparcial.