Si los ojos no se movieran al unísono, veríamos doble. Sin embargo, no se trata de una habilidad innata, sino adquirida
Para evitar la visión doble, el cerebro explota un sistema de retroalimentación, que utiliza para ajustar con precisión las longitudes de los músculos que controlan los ojos. Esto produce movimientos oculares extraordinariamente precisos.
Según explica el profesor de oftalmología, David Guyton, en 'Live Science': "Cada ojo tiene seis músculos encargados de regular el movimiento en diferentes direcciones, y cada uno de esos músculos debe activarse simultáneamente en ambos ojos para que se muevan al unísono". Esto se concretó en una revisión de 2005 publicada en el 'Canadian Medical Association Journal'.