Este domingo, el gobierno iraní expresó su disposición a restablecer la confianza y fortalecer las relaciones con las potencias europeas, tras un encuentro sostenido el pasado viernes en Estambul con representantes del Reino Unido, Francia y Alemania. El ministro de Exteriores de Irán, Abás Araqchí, declaró durante el Foro de Diálogo de Teherán que su país está “listo para comenzar un nuevo capítulo” si observa un enfoque independiente y una voluntad auténtica por parte de Europa.

“Irán no ve ningún obstáculo para reconstruir la confianza mutua y ampliar las relaciones”, aseguró Araqchí, señalando que todo dependerá de la actitud de las potencias europeas, a quienes responsabilizó por el deterioro actual de las relaciones bilaterales.

La reunión del viernes en Estambul reunió a altos diplomáticos iraníes con sus homólogos de los llamados E3 (Reino Unido, Francia y Alemania), quienes, junto con Irán, fueron firmantes del acuerdo nuclear de 2015. Durante el encuentro se abordó el estado de las negociaciones nucleares con Estados Unidos y se acordó convocar una nueva reunión con el objetivo de “aprovechar al máximo la diplomacia”, según reportó la agencia oficial IRNA.

El acuerdo nuclear, que limitaba el desarrollo del programa atómico iraní a cambio del levantamiento de sanciones, se vio debilitado en 2018 tras la retirada de Estados Unidos. Desde entonces, las tensiones han aumentado, y Europa enfrenta la presión de reactivar sanciones internacionales antes del próximo 18 de octubre.

Araqchí advirtió que si se reanudan las sanciones mediante el mecanismo de resolución del acuerdo, las consecuencias serían “irreversibles”. A pesar de los múltiples encuentros recientes con diplomáticos europeos en Ginebra, no se han reportado avances significativos.

Paralelamente, Irán mantiene desde abril conversaciones con Estados Unidos, en las que busca que se eliminen las sanciones económicas impuestas en los últimos años, ofreciendo a cambio limitar su capacidad nuclear. Washington, sin embargo, ha reiterado su exigencia de desmantelar ciertas instalaciones nucleares iraníes, con el objetivo declarado de impedir que Teherán pueda desarrollar armamento atómico.

Aunque el proceso diplomático aún enfrenta múltiples obstáculos, el discurso de Araqchí sugiere que Irán estaría abierto a una nueva etapa de cooperación, siempre que las potencias europeas actúen con autonomía respecto a la línea dura impuesta por Washington.