La generación 2025 del Centro de Creación Literaria de la Universidad Autónoma de Nuevo León se reporta lista para comenzar a trabajar durante diez meses su proyecto con el apoyo de una beca muy estimada por los literatos universitarios.
Concebida en el corazón de la Casa Universitaria del Libro, la idea de su director, Antonio Ramos Revillas, sigue dando frutos con una nueva camada de jóvenes escritores provenientes de diversas carreras universitarias.
A siete años de su fundación, el Centro de Creación Literaria de la UANL ha sido semillero de nuevos valores de la literatura norestense. La poesía y el cuento han acaparado las formas, pero la generación 2025 viene a sumar uno de los géneros más esperados: el ensayo literario.
Becarios generación 2025 del Centro de Creación Literaria UANL
Centro de Creación Literaria recibe a nueva generación de becarios
Carlos Eugenio Hernández Imperial, Facultad de Artes Visuales,
Del otro lado del retorno (cuento)
Dulce María Bautista Salas, Facultad de Artes Escénicas,
Mi alma tiene hambre, pero mi cuerpo no sabe cocinar (cuento)
Édgar Alanís Reséndez, Facultad de Economía, Piel (poesía)
Dana Atalia Hernández Tovar, Facultad de Filosofía y Letras, Esta (no) es mi casa (poesía)
Diana Guadalupe Treviño García, Facultad de Filosofía y Letras, Eso que llamamos realidad. Reflexiones desde un mundo distante (ensayo)
Tan bien encarrilado está el proyecto que, dentro de su espectro, los estudiantes de la UANL, además de recibir una formación especializada en creación literaria, ya están produciendo obra literaria.
Prueba de de ello es Lxs Olimpicxs, de Ángel H. Candelaria; Carmen, de Carlos Rutilo; Los peces que jamás serán pescados; de Donnovan Yerena; Cachorros muertos, de Aricko Valencia, y Sangre de Lakra, de Germán Jesús, todo ellos exbecarios que ya cuentan con un libro publicado por la Editorial Universitaria.
Para la convocatoria 2025, el jurado estuvo compuesto por los editores:
Jessica Nieto Puente
Carlos Lejaim Gómez Hernández
Gabriela Esquivel Puente
El proyecto literario de los becarios deberá desarrollarse en un lapso no mayor a diez meses y será supervisado por el propio Antonio Ramos Revillas y un asesor invitado. Las sesiones se llevarán a cabo cada lunes en la Casa del Libro en un horario de 18:30 a 20:30 horas.
Cada becario contará con un apoyo mensual de 3 mil pesos mediante transferencia bancaria durante los diez meses en los que se extiende la beca.
La presente convocatoria contó con la participación de 68 trabajos de alumnos de nivel licenciatura.
En Esta (no) es mi casa, Dana Atalia propone a través de la poesía encontrar un lugar propio, una casa que no es literalmente un hogar, sino un lugar en donde uno se sienta seguro y a donde uno sienta que pertenece.
“Es metafórico, pero viene de un sentimiento literal. O sea, un sentimiento literal de ‘oye, nací en esta casa, esta casa yo no la elegí. Yo literalmente nací en esta casa y crecí en ella, pero yo sé que no me voy a quedar aquí, que quiero un lugar mejor”,Dana Atalia Hernández Tovar, estudiante de octavo semestre de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras.
Diana Guadalupe, estudiante de noveno semestre de la carrera de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras, muestra en Eso que llamamos realidad… un ejercicio donde el ensayo literario cuestiona la realidad a través del lenguaje.
“Es sobre la forma en que captamos la realidad a través del lenguaje. Cómo el lenguaje nos falla, pero también cómo nos determina de alguna forma. Entonces, es como un viaje de preguntas sin respuesta, o sea, preguntas que no pueden tener una respuesta, tal vez, pero que intentan tomar algo. Hacer tangible algo que yo siento intangible”,Diana Guadalupe Treviño García, estudiante de noveno semestre de la carrera de Letras Hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras.
Dulce María, estudiante de sexto semestre de la Facultad de Artes Escénicas, trabajará un puñado de cuentos protagonizados por mujeres, momentos tristes y comida.
“Todos los protagonistas son mujeres, o bueno, tengo planeado que sean puras mujeres. Yo empecé el proyecto después de haber hecho un poco de investigación entre mujeres que yo conocía respecto a cómo enfrentaban los momentos tristes de sus vidas. Me di cuenta de que en algunas se relacionaban con comida, o sea, para bien o para mal, pero siempre había algo que tenía que ver con comida en esos momentos tristes o vulnerables”,Dulce María Bautista Salas, estudiante de sexto semestre de la Facultad de Artes Escénicas.
Piel, de Édgar Alanís, proyecta en la poesía una preocupación por la identidad, personal o colectiva, dividida en dos partes conectadas por un puente.
“Es como una preocupación de cómo se percibe la identidad personal o la identidad colectiva. Ahí están las dos partes. Pero también cómo se percibe eso de manera corporal, haciendo énfasis en el cuerpo, en la memoria, pero dentro del cuerpo”, Édgar Alanís Reséndez, estudiante de la Facultad de Economía.
Un libro de cuentos con personajes fronterizos es el proyecto de Carlos Eugenio, originario de Nuevo Laredo, cimentado en las grandes narrativas de la migración y el narcotráfico.
“Me interesa más explorar esas, vamos a decirlo, historias más discretas, esas vidas más personales de quienes habitan ahí, que son al final las personas que conozco, ¿no? Y hay ciertas cosas que me parecen muy interesantes de cómo la gente en la frontera le da un peso muy grande a nacer en Estados Unidos, cómo se comportan de modo diferente cuando cruzan el puente fronterizo”, apuntó.