La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirmó este lunes que ningún ciudadano mexicano será deportado a la base naval de Guantánamo, luego de que el Gobierno de Donald Trump anunciara planes para utilizar el centro de detención como un espacio para migrantes indocumentados o con antecedentes penales.

Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum reveló que su administración envió una nota diplomática a Washington en cuanto se conoció la medida, exigiendo que todos los mexicanos deportados sean repatriados únicamente a México.

“En cuanto el Gobierno del presidente Trump informó que iba a llevar personas que no solamente no tienen documentos, sino que consideraban que habían tenido algún delito a Guantánamo, nosotros hicimos una nota diplomática ese mismo día”, declaró la mandataria.

Sheinbaum enfatizó que Estados Unidos respondió a la nota asegurando que México recibiría a sus ciudadanos deportados, y reiteró que el Gobierno mexicano tiene la certeza de que ningún connacional será enviado a otro país.

Desde que asumió el cargo, Trump ordenó ampliar el centro de internamiento de Guantánamo, con el objetivo de aumentar su capacidad hasta 30 mil personas. La administración estadounidense justificó esta medida alegando que estaba destinada a migrantes con antecedentes penales o presuntos vínculos con grupos delictivos, como la organización Tren de Aragua.

Sin embargo, el traslado de personas a la base comenzó en febrero en medio de un fuerte hermetismo, sin que se revelaran las identidades ni los delitos de la mayoría de los detenidos.

El uso de la base para detener migrantes ha sido impugnado en tribunales estadounidenses. La semana pasada, un tribunal federal escuchó una demanda que busca frenar estas transferencias, alegando que la ley prohíbe los traslados a Guantánamo y que las detenciones han sido arbitrarias.

La demanda, presentada en nombre de diez migrantes detenidos, entre ellos siete venezolanos, cuestiona la legalidad de la medida y exige mayor transparencia en el proceso.

Por ahora, el Gobierno de Estados Unidos no ha aclarado cuántos migrantes han sido enviados a la base, pero la presión legal y diplomática sigue en aumento.