El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, viajó por tercera vez a Washington en un intento por frenar la imposición de aranceles al acero y el aluminio mexicanos, programados para entrar en vigor el próximo 12 de marzo.

La Secretaría de Economía informó en un breve comunicado que Ebrard viaja acompañado del subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, para sostener reuniones con funcionarios estadounidenses y buscar un acuerdo que evite la aplicación de estas tarifas.

La administración del presidente Donald Trump, que inició el 20 de enero, ha impulsado estas medidas como parte de su estrategia para proteger la industria siderúrgica estadounidense, lo que ha generado preocupación en México debido al impacto que podría tener en la competitividad del sector.

La imposición de tarifas sobre el acero y el aluminio no es nueva en la relación comercial entre ambos países. En 2018, durante el primer mandato de Trump, EE.UU. impuso aranceles del 25 % al acero y del 10 % al aluminio para México, Canadá y la Unión Europea. Aunque fueron eliminados en mayo de 2019, su impacto se reflejó en el comercio bilateral.

Según la directora de Análisis Económico y Financiero de Grupo Base, Gabriela Siller, durante los 12 meses en que esos aranceles estuvieron vigentes (junio 2018 - mayo 2019), las importaciones de acero y aluminio de México a EE.UU. crecieron 7.48 %, alcanzando los 8,357 millones de dólares. En contraste, las importaciones desde Canadá cayeron 13.45 %, lo que sugiere un efecto de sustitución.

Empresarios del sector siderúrgico han manifestado su inquietud ante la posibilidad de que estos nuevos aranceles afecten la cadena de suministro en América del Norte.

A pesar de la relación comercial estratégica que México y EE.UU. mantienen bajo el T-MEC, el gobierno mexicano busca garantizar que estos gravámenes no obstaculicen la producción y exportación de metales esenciales para diversas industrias, incluyendo la automotriz y la construcción.

La visita de Ebrard a Washington será clave para determinar si México logra evitar estos aranceles o si, como en el pasado, las empresas mexicanas encuentran nuevas oportunidades pese a las restricciones comerciales.