Este lunes, el Papa Francisco dio un paso histórico al nombrar a Simona Brambilla, una monja italiana de 59 años, como la primera mujer en dirigir una importante oficina del Vaticano. Brambilla asumió el cargo de prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que es responsable de todas las órdenes religiosas en la Iglesia Católica, desde las más grandes como los jesuitas y los franciscanos, hasta los movimientos más pequeños.
El nombramiento de Brambilla es un hito significativo en los esfuerzos del Papa Francisco por dar a las mujeres mayores responsabilidades de liderazgo dentro de la Iglesia, un área históricamente dominada por los hombres. Aunque las mujeres han ocupado cargos de segundo nivel en algunas oficinas del Vaticano, este es el primer caso en que una mujer lidera un dicasterio o congregación en la Curia de la Santa Sede, el órgano central de gobierno de la Iglesia.
Vatican Media, al confirmar la noticia, destacó que "Sor Simona Brambilla es la primera mujer prefecta en el Vaticano", un cargo que históricamente nunca había sido ocupado por una mujer. A pesar de este avance, el Papa Francisco ha nombrado también a un cardenal, Ángel Fernández Artime, como "pro-prefecto" para compartir la responsabilidad del departamento. Este cargo secundario es necesario teológicamente, ya que el prefecto debe poder celebrar misa y realizar otras funciones sacramentales, roles que actualmente solo pueden ser desempeñados por hombres.
Brambilla, quien pertenece a la orden religiosa de los Misioneros de la Consolata, sustituye al cardenal Joao Braz de Aviz, quien se retiró a los 77 años. Desde el año pasado, Brambilla desempeñaba el cargo de número dos en este mismo dicasterio, lo que la convirtió en la sucesora natural para este histórico nombramiento.