En una noche cualquiera en Washington, Devin Silva, un joven de 18 años, realizaba una compra rutinaria en una farmacia local cuando se encontró con un objeto aparentemente insignificante: un llavero de peluche con forma de galleta de jengibre, al que inicialmente describió como “feo”. Sin embargo, su hermana logró convencerlo de llevarlo a casa, apelando a sus sentimientos de culpa por haber herido los “sentimientos” de Cookie. Este sencillo gesto marcó el inicio de un fenómeno viral que desató una fiebre por el peluche y transformó a Cookie en el nuevo ícono navideño de 2024.
Silva comenzó a compartir en la red social X (anteriormente conocida como Twitter) momentos de su vida cotidiana acompañados del peluche, mostrándolo en situaciones humorísticas como comiendo comida chatarra, descansando en la cama o acompañándolo al trabajo. En cuestión de días, las publicaciones se volvieron virales, y miles de usuarios de todo el mundo comenzaron a seguir el día a día de Cookie, el simpático llavero.
Cookie forma parte de la colección “Beanie Belly” de la reconocida empresa Ty, y su precio accesible de $4.99 dólares lo convirtió en un artículo deseado por muchos. Su carita simpática, su detalle de glaseado y su aspecto tierno cautivaron a los internautas, pero fue la narración espontánea y cómica de Silva lo que catapultó al peluche a la fama.
El impacto fue tan grande que Cookie se agotó rápidamente en tiendas físicas y en línea, y los fanáticos comenzaron a recorrer tiendas en busca de este codiciado peluche. La empresa Ty reconoció el papel de Silva y sus seguidores en el éxito rotundo de Cookie, agradeciendo públicamente en redes sociales por el apoyo al juguete.
Pero la historia de Cookie no terminó en las compras. El fenómeno viral inspiró una ola de creatividad en las redes sociales, con usuarios creando memes, fan art y hasta diseños de bordado relacionados con el peluche. Incluso personas como Krystal Ssonko, que inicialmente no era fan de los peluches, confesaron haberse rendido ante el encanto de Cookie y admitieron que necesitaban su propia versión.
“La comunidad en X ha abrazado calurosamente a Cookie como un nuevo amigo, y no podríamos estar más emocionados”, comentó Ty Warner, CEO de Ty Inc., quien destacó cómo el entusiasmo colectivo alrededor del peluche ha capturado el espíritu navideño y unido a personas de todo el mundo.
Lo que comenzó como una compra aparentemente trivial se convirtió en una historia que conectó a millones de personas, demostrando el poder de las redes sociales para transformar incluso los gestos más simples en momentos de alegría colectiva. Con su mezcla de ternura, humor y espontaneidad, Cookie se ha convertido en mucho más que un llavero: es un símbolo de la alegría navideña, un recordatorio de cómo las historias más simples pueden unir a personas de diferentes partes del mundo.