La obesidad ha alcanzado niveles alarmantes a nivel mundial, casi duplicándose en las últimas dos décadas. Según el último informe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el porcentaje de población adulta obesa pasó del 8.7% en el año 2000 al 15.8% en 2022. Este aumento significativo ha generado preocupación en las autoridades internacionales, que advierten que el mundo no está cumpliendo con los objetivos globales para 2030, que incluyen frenar el incremento de la obesidad.
El informe de la FAO, presentado este lunes, resalta que la obesidad en adultos casi se triplicó entre 2000 y 2022, lo que evidencia un empeoramiento de la crisis global. Las regiones más afectadas son América Latina, el Caribe y Oceanía, donde alrededor de un cuarto de la población adulta era obesa en 2022, superando las tasas de América del Norte y Europa.
Mientras tanto, África presenta una prevalencia de obesidad ligeramente superior al promedio mundial, mientras que Asia es el único continente que está por debajo de esta media global, según los datos recopilados.
Entre los países más afectados se encuentran varios de las islas del Pacífico, el Caribe, el Medio Oriente y el norte de África. En Tonga, más del 70% de la población adulta es obesa, con cifras similares en Nauru. Por su parte, Tuvalu y Samoa superan el 60% de obesidad en sus habitantes.
Estados Unidos, aunque no lidera las tasas de obesidad, ocupa el decimotercer lugar mundial, con un alarmante 42% de su población adulta obesa, convirtiéndolo en el país con el mayor número total de adultos obesos.
Las cifras reflejan una tendencia preocupante que no solo afecta la salud de millones de personas, sino que también presenta retos significativos para los sistemas de salud pública en todo el mundo. La FAO advierte que, si no se toman medidas urgentes, el objetivo de reducir la obesidad para 2030 será cada vez más difícil de alcanzar.