Hannah Roberts, de 33 años, se ha ganado la reputación de ser una de las ladronas más prolíficas de Gloucester, con un historial de hurtos en tiendas que ha llevado a las autoridades a imponerle una orden de conducta criminal (CBO). Esta medida busca detener su actividad ilícita al prohibirle ingresar a cualquier establecimiento de la ciudad y le impide usar pelucas, una táctica que empleaba para disfrazarse y evitar ser identificada.
La orden, emitida por el tribunal de magistrados de Gloucester en Cheltenham, fue el resultado de numerosos incidentes en los que Roberts usaba pelucas y otros accesorios para burlar la seguridad de las tiendas. Sin embargo, su inconfundible tatuaje en el cuello facilitó su identificación en varias ocasiones, incluso cuando estaba disfrazada.
Roberts ya había sido excluida de numerosas tiendas en Gloucester mediante el programa “City Safe”, una iniciativa que agrupa a varios comercios para protegerse de la delincuencia. A pesar de esto, la ladrona persistió, continuando su racha de hurtos disfrazada, y en ocasiones, reaccionaba de manera hostil al ser confrontada por el personal o los agentes de seguridad.
Las cámaras de seguridad fueron cruciales para identificarla en varias de sus incursiones, a pesar de los cambios de pelucas que utilizaba. Con esta nueva orden judicial, las autoridades esperan que sus frecuentes robos disminuyan significativamente.
El agente de policía Andy Plant, del equipo de Vulnerabilidades de la Policía de Gloucestershire, subrayó el impacto negativo de los ladrones reincidentes en el sector minorista. “Nuestra industria minorista está sufriendo a causa de estos ladrones persistentes”, comentó Plant, y reiteró que la policía continuará apoyando a los negocios locales con medidas para frenar estos delitos.
Esta medida contra Roberts no solo responde a sus repetidos hurtos, sino que también busca disuadir a otros delincuentes potenciales. La policía de Gloucestershire espera aplicar órdenes similares en casos futuros para proteger a los comercios de la ciudad.
Este caso pone de manifiesto el desafío que enfrentan tanto las autoridades como los comerciantes de Gloucester. Los robos en tiendas no solo afectan las ganancias de los negocios, sino que también generan inseguridad y frustración entre el personal y los clientes. La colaboración entre la policía y el programa “City Safe” es parte de una estrategia para crear un ambiente más seguro y reducir estos delitos.
Además, este caso destaca el papel fundamental de las medidas judiciales en la protección del comercio local, al imponer restricciones a infractores reincidentes y así salvaguardar la economía y la seguridad de la comunidad.