A las seis de la mañana, mientras muchos aún duermen, Miryam ya está en pie, libreta en mano, lista para comenzar su particular jornada de trabajo. Desde su silla habitual en Armenia, Quindío, esta mujer de 67 años ha hecho de los chismes un negocio tan exitoso que le ha permitido comprar dos casas. Su especialidad: rumores de todo tipo, pero, sobre todo, las infidelidades, que son las más cotizadas.
“*Las infidelidades son las más costosas*”, confiesa con una risa cómplice, mientras enumera las tarifas: cinco mil pesos por un chisme ligero y diez mil si es jugoso. Su memoria prodigiosa y astucia le han permitido construir una verdadera economía de la información en su vecindario, donde los secretos tienen un precio.
Con un sistema bien estructurado, Miryam no solo escucha, sino que también investiga y documenta. “*Tengo una libretita y voy apuntando. A todo le tomo notitas para sacar buenos chismes*”, comenta. Su rigor es tal que siempre acompaña los rumores con pruebas, ya sea fotos, apuntes con fechas y horas o testigos de los hechos.
El negocio ha sido tan rentable que ha tenido clientes dispuestos a pagar grandes sumas para que sus historias no se divulguen. Un ejemplo fue un policía que le pagó 700 mil pesos colombianos para evitar que su romance clandestino saliera a la luz. “*El hombre me pagó para que no lo contara, porque se le iba a acabar el hogar*”, relata entre risas.
Miryam se ha ganado el respeto, y la envidia, de muchos de sus vecinos. Sabe que un buen chisme puede ser el fin de una relación o la caída de una reputación, y por eso su trabajo es meticuloso. “*Chismosa que se respeta en el barrio se la sabe todas*”, afirma con orgullo. Y no trabaja sola: su tía la apoya cuando no puede estar presente, formando un equipo imbatible en la recolección de información.
Aunque no todos ven con buenos ojos su negocio, Miryam sigue adelante, mostrando con orgullo el dinero que se gana a punta de rumores. Para ella, lo que muchos consideran simples chismes, es una fuente de ingresos constante. En su barrio, ya es conocida como la "Reina del Chisme", y su imperio de rumores no parece tener fin.