La Cámara de Diputados ha aprobado una reforma que transforma la naturaleza de la Guardia Nacional, que dejará de tener un carácter civil y será incorporada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta decisión fue respaldada por la mayoría del grupo parlamentario de Morena.

La reforma crea un cuerpo policiaco con facultades extraordinarias, cuyos integrantes, de origen militar y naval, contarán con fuero castrense y la capacidad de investigar delitos bajo sus propias leyes internas. Esto marca un cambio significativo en la estructura y función de la Guardia Nacional.

Entre las disposiciones clave de la reforma, se establece que la Guardia Nacional estará compuesta por personal militar y marino que recibirá formación policial. Asimismo, el Congreso queda facultado para expedir leyes que regulen la participación de las Fuerzas Armadas en asuntos de seguridad interior y en apoyo a la seguridad pública. También se otorga al Presidente de la República la autoridad para disponer del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea en estas tareas.

La reforma implica la transferencia de los gastos de operación de la Guardia Nacional a la Sedena, así como de los recursos materiales necesarios para su funcionamiento. De esta manera, la Guardia Nacional se convierte en un organismo más alineado con las estructuras militares del país, lo que ha generado un amplio debate sobre el futuro de la seguridad pública en México y el papel de las fuerzas armadas en esta área.