En el marco del seminario "La salud mental de niños y adolescentes antes, durante y después de la pandemia por COVID-19", Marcos Rosetti Sciutto, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM, reveló un aumento alarmante en los niveles de ansiedad y depresión entre niños, adolescentes y adultos jóvenes durante y después de la pandemia.
Las investigaciones muestran que, desde el inicio de la crisis sanitaria, ha habido un incremento notable en las conductas autolesivas, especialmente entre las adolescentes, lo cual podría estar relacionado con el retorno a las aulas tras el confinamiento. "Tanto entrar como salir de un aislamiento social puede haber resultado en un evento disparador para este tipo de conductas", explicó Rosetti. Por ello, enfatizó la necesidad de implementar un monitoreo constante de la salud mental tras el fin de la pandemia, ya que sus efectos persisten.
Rosetti Sciutto destacó que los signos de alerta del neurodesarrollo también han aumentado en los menores post-pandemia, subrayando la importancia de detectar y tratar estos casos lo más temprano posible para corregirlos efectivamente.
En un proyecto dirigido por Rosa Elena Ulloa del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro (HPIJNN), se lanzó un cuestionario en línea durante el confinamiento, que recopiló respuestas de 3,965 personas de 16 países de Latinoamérica. Los resultados mostraron que el 63.8% de los participantes eran mujeres, con una distribución de 15.7% niños, 28.3% adolescentes y 56% adultos jóvenes. México tuvo la mayor participación con 59.1%.
El estudio preguntó sobre las fuentes de estrés, como el diagnóstico de COVID-19, la pérdida de contacto con amigos y los retrasos académicos, así como las estrategias de afrontamiento, incluyendo el ejercicio y conductas mal adaptativas como el uso de sustancias o autolesiones. "Se encontró un patrón consistente a lo largo de los resultados. En general, las mujeres siempre punteaban más en todas las medidas de estrés", señaló Rosetti.
Otro estudio sobre los patrones de ansiedad y depresión en México durante 12 meses de pandemia incluyó a 2,345 participantes, el 66% de ellos mujeres, y reveló una prevalencia de casi 50% en estos trastornos.
La investigación también abordó la prevalencia de autolesiones no suicidas en el servicio de urgencias del HPIJNN, con datos recopilados de 2019 a 2021. Patricia Zavaleta, jefa de la División de Investigación del HPIJNN, informó que de las casi 10,000 personas que llegaron a urgencias, 2,548 presentaron signos de autolesión, siendo la mayoría mujeres (72%) y con una edad promedio de 14.6 años.
Rosetti Sciutto destacó un cambio en los patrones de autolesión, donde los cortes disminuyeron y los autogolpes casi se triplicaron durante la pandemia. "Observamos que las autolesiones dejaron de ser en la escuela y la casa, casi todos reportaron otro lugar, al parecer se salían de sus casas".
El investigador hizo un llamado urgente a implementar estrategias de monitoreo y apoyo en salud mental, enfatizando la necesidad de intervenciones tempranas y adecuadas para mitigar los efectos a largo plazo de la pandemia en los jóvenes. La comunidad científica y los servicios de salud deben trabajar juntos para abordar esta creciente crisis y garantizar un apoyo integral a las nuevas generaciones afectadas por esta pandemia oculta.