Hace unos días, la tranquila ciudad de Polonia fue testigo de un acontecimiento fuera de lo común: un joven de 19 años perpetró un robo peculiar que dejó perplejas a las autoridades locales. El suceso comenzó cuando el joven decidió cometer un acto delictivo poco convencional: robar un caballo.
La insólita maniobra del joven delincuente dejó a todos con la boca abierta. El ladronzuelo, cuya identidad se mantiene bajo reserva, llevó a cabo su plan sin considerar las consecuencias ni la lógica. Tras hacerse con el semental, decidió esconderlo en el lugar menos indicado: el tercer piso de su propio edificio.
Tal acción, más propia de una comedia que de la vida real, llamó la atención de los vecinos, quienes alertaron a las autoridades. La absurda escena desató un operativo policial para recuperar al noble animal. La policía de la región, al recibir la llamada sobre un individuo subiendo un caballo por las escaleras, inicialmente pensó que se trataba de una broma de mal gusto.
Sin embargo, al llegar al lugar de los hechos, se encontraron con una situación surrealista: el joven infractor forcejeaba con sus vecinos mientras intentaba introducir al equino en su apartamento de dos habitaciones. La diligencia de las autoridades restituyó al caballo a su legítimo propietario. Tras intervenir, las fuerzas del orden lograron recuperar al caballo, valuado en $3,800 dólares, y devolverlo a su dueño.
El protagonista de esta historia, apodado “Larcen Lup”, enfrenta ahora las consecuencias de su absurda acción: una acusación por robo que podría significar hasta 5 años de prisión.